domingo, 10 de abril de 2011

Sinopsis

Yo soy particular y curiosa, o eso me parece , no soy como todas las chicas.


Por decisión de mi padre, viví toda mi niñez aislada en mi casa. Mi padre creía que poseía problemas cardiacos, pero lo que no sabia, es que cada vez que tenía algún tipo de contacto físico con él, mi corazón se aceleraba, ya que no tenían mucho trato afectivo.
Tras la muerte de mi madre en Notre Dame y la poca dedicación de mi padre hacia mi, yo comencé a imaginarme un mundo fuera y esperaba muy entusiasmada la edad para poder irme de mi casa.

Cumplí veintidós años. Y me marche a un pequeño apartamento de Montmartre. Comencé a trabajar en una cafetería Café les 2 Moulins. Allí conocí a Suzanne, mi jefa y a Georgette, que es la vendedora del estanco que está dentro de la cafetería, es un poquito hipocondríaca. Ah! Y Gina mi compañera.




Me apasionaba mirar a la gente a la cara mientras veían el cine, imaginarme cuantas personas harían lo mismo en un momento en concreto, lanzar piedras sobre el Saint Martín y meter la mano y moverla dentro de un saco de legumbres.

Descubrí mi objetivo en la vida. Ayudar a las personas y facilitarles la vida. Comencé a intervenir en las vidas de algunas personas que me rodean, era un reto personal, ayude a mi Portera que se pasa día día bebiendo vino de oporto por la marcha de su marido, yo la escribí una carta como si fuera él antes de su muerte y ella se conmocionó y olvidó los reproches. También a mi vecino un ancianito con los huesos de cristal, él veia la vida a través de una cuadro de Renoir. Ayude a mi compañera Georgette a encontrar pareja y a olvidar su carácter hipocóndrico y sobre todo ayudé a mi padre a que saliera de casa, le enviaba fotos del gnomo, que posó en la tumba de mi madre, en distintos lugares del mundo, así le convencí que saliera de casa.

Pero mi vida Cambia cuando me encuentro tras el rodapié de mi baño una caja metálica con las pertenencias de un niño, guardadas allí hace unos cuarenta años. Yo sin dudarlo comencé a buscar al dueño de la caja, se creo en mi un estado de armonía e ilusión. Tras la ayuda del anciano de cristal y buscar en legares estratégicos de la ciudad, di con él, se lo entregue de una forma particular, deje la caja encima de una cabina de teléfono, le cite allí, y comencé a llamar continuamente a la cabina, hasta que se acercó y lo vió. El dueño se emocionó, al ver que en esa cajita estaba su infancia.

Mi vida amorosa cambió cuando conocí a Nino, éste trabaja en el túnel del terror y en un tiende de sex shop, colecciona fotos rotas que se ubican bajo los fotomatones del metro y tiene una obsesión, encontrar al sujeto que se repite continuamente en su álbum, casi diariamente.




A mi me encanta Nino, pero prefería que no fuera de una forma directa nuestro encuentro, entonces lo intenté de algunas formas estratégicas pero no lo consigue. Quede con el en distintas ocasiones, pero nunca me atrevía a dar la cara. Le resolvi el enigma del hombre de la foto, pareció ser el mecanico que se dedicaba a arreglar los fotomatones. Yo le contaba todo al hombre de cristal. Llego un momento que me di por vencida. Pero el anciano me pago con mi misma moneda, y acabe en los brazos de Nino, llegando a la completa felicidad.

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